El rol de estratega me llevó a comprender profundamente a las personas para entender cómo hablarles, y a su vez actuar de interlocutora con otras áreas y tipos de personalidades….gente de negocios, creativos publicitarios, diseñadores, financieros, etc. Así aprendí el valor de la empatía. Ser empática fue mi llave para llegar a lugares muy diversos. Tanto desde la mirada del consumidor como de los empresarios.

Fue tan profunda la tarea de comprender personas, que despertó la curiosidad por comprenderme a mí misma, así empezó mi camino de autoconocimiento. A medida que conocía diferentes miradas, pensamientos, formas de ser a través de grupos de investigación de mercados, mi cabeza y corazón se fueron abriendo. Descubriendo que conocía muchas tipologías de gente y no me conocía a mi.

Empecé a practicar yoga, luego el instructorado, y un día fui profesora. Así empezaron a convivir en mis dos mundos, que por momentos sentía opuestos, hasta que me animé a ser yo misma, en cualquier mundo que me moviese, ser auténtica y real con quien era. Hablar de yoga en reuniones de marketing, meditar antes de dar una presentación importante, y usar la comunicación para difundir mis clases. De a poco fui integrando todas esas Danielas que era, en una sola, la que soy hoy.